Muchos emprendedores sienten que están avanzando, pero no con la solidez que esperaban. Venden, trabajan duro, cumplen… pero algo no cuadra. La razón, muchas veces, está en lo que no se ve: la base sobre la cual está construido el negocio.
Cuando un negocio no funciona como debiera, no siempre se trata de falta de esfuerzo o de una mala idea. Muchas veces, lo que está fallando es uno de los pilares que lo sostienen.
A partir de nuestra experiencia acompañando empresas en crecimiento, identificamos cuatro pilares que toda PyME debe revisar y mantener bajo control si quiere crecer de forma sostenible.
Flujo de caja: La caja es como el oxígeno: puedes estar generando ingresos, pero si el dinero no entra a tiempo o no alcanza para cubrir lo básico, el negocio se asfixia. El problema no es cuánto vendes, sino cuándo cobras y cuándo debes pagar.
Rentabilidad: Vender mucho no es lo mismo que ganar dinero. Muchas PyMEs operan sin conocer su punto de equilibrio ni el margen real de sus productos o servicios. El riesgo: trabajar mucho y, aun así, perder plata.
Calidad del servicio o producto: ¿Tus clientes volverían? ¿Te recomendarían? La experiencia del cliente no termina con la venta. Medir su satisfacción y trabajar en fidelizarlos es clave. Es más barato mantener a un buen cliente que salir a buscar uno nuevo.
Cumplimiento legal: No basta con vender. Un negocio que no tiene sus obligaciones al día —como impuestos, permisos o patentes— arriesga mucho más de lo que cree. Un error administrativo puede costar caro, y no solo en dinero.
No es una teoría, sino como un filtro práctico: Cuando revisamos estos pilares con los dueños de PyME, suelen aparecer los puntos ciegos. Y con pequeños ajustes, se logran grandes cambios.
El consultor norteamericano Donald Miller, autor de Business Made Simple, lo dice así:
“Un negocio saludable es el resultado de líderes que dominan lo básico. Lo complicado viene solo. Lo simple hay que trabajarlo”.
Y tal como dice Patrick Lencioni, experto en cultura organizacional y autor de The Advantage, “las organizaciones más exitosas no son necesariamente las más inteligentes, sino las más saludables”.
Pero, ¿qué es una empresa saludable? Es una que respira bien (flujo de caja), gana con lo que hace (rentabilidad), construye relaciones duraderas (calidad) y duerme tranquila (cumplimiento).
Si lideras una PyME y sientes que algo no está funcionando como debería, tal vez no necesitas más esfuerzo, sino revisar las bases. Porque si se te cae un pilar, lo vas a sentir. Pero si los tienes firmes, todo se vuelve más claro.
Patricio Leguía Berg
CEO y Fundador
Mi Directorio PyME